El proceso terapéutico es único para cada persona y puede variar en muchos aspectos. Hay tantas aproximaciones a la terapia psicológica como personas, y para cada una es importante encontrar un psicólogo/a con el que sentirse cómoda/o y con quien poder establecer una buena relación terapéutica, fundamental para cualquier cambio personal.

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El motivo para empezar un proceso terapéutico puede variar mucho, desde no encontrar satisfacción en el día a día; vivir con ansiedad, miedos o estrés; sentirse con una autoestima debilitada o tener dificultades de relación con la familia, la pareja, los amigos o el entorno. Buscar superar eventos traumáticos. También las dificultades para reconocer y regular las emociones, procesos de duelo y cambios vitales pueden ser motivos, así como la ilusión por explorarse y conocerse mejor, aprender de la propia experiencia y afrontar un futuro a veces incierto con energía y confianza.

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Es un proceso diferente para todas las personas y resulta importante establecer un ritmo adecuado según las circunstancias personales.