Psicología para la Maternidad y Postparto: Límites efectivos y respetuosos

Ada Campmany
27 jul.
3 Min. de lectura

A menudo, cuando trabajo con madres durante el postparto, noto que una preocupación frecuente es cómo poner límites de una manera que no resulte demasiado dura, pero que al mismo tiempo sea efectiva.

Entiendo perfectamente esa inquietud, porque establecer límites claros, pero con amor, no siempre es fácil. Como psicóloga humanista especializada en crianza y desarrollo emocional, quiero compartir contigo algunos consejos que funcionan muy bien en las familias con las que trabajo.

Desde un enfoque de la psicología para la maternidad y postparto, es clave comprender que los límites no son barreras, sino puentes hacia una relación más segura y respetuosa.

¿POR QUÉ SON TAN IMPORTANTES LOS LÍMITES?

A veces creemos que poner límites puede alejarnos emocionalmente de nuestros hijos, pero en realidad sucede lo contrario.

Los límites claros les dan seguridad, porque les ayudan a entender qué pueden esperar y qué se espera de ellos. Cuando un niño tiene límites definidos, aprende poco a poco a autorregularse y a tomar decisiones de manera responsable y con más confianza.

CÓMO PONER LÍMITES RESPETUOSOS EN LA PRÁCTICA

Aquí van algunos ejemplos que suelen funcionar en la vida cotidiana, para que puedas probarlos:

1. Ser clara y constante

Lo esencial es que tus hijos entiendan bien lo que les pides y por qué.

Trata de mantener los límites que estableces, porque si cambias mucho de criterio, les confundes. Por ejemplo, si decides que antes de dormir no se ve televisión, mantén esa decisión siempre. Así, ellos se sentirán más seguros porque sabrán exactamente qué esperar.

2. Comunica desde la empatía

Siempre que puedas, explícale a tu hijo por qué existe un límite, de una forma cariñosa.

Por ejemplo: "Sé que te encantaría seguir jugando, pero necesitamos descansar para mañana tener energía". Esta forma de comunicación crea cercanía y hace que tu hijo se sienta escuchado y comprendido.

3. Ofrece siempre una alternativa

En vez de solo decir "no", acompáñalo con una alternativa agradable.

Por ejemplo: "Ahora no podemos ir al parque porque ya es tarde, pero ¿qué te parece si jugamos juntos un rato en casa antes de cenar?". Esto ayuda a reducir frustraciones y facilita que tu hijo se adapte más fácilmente a los límites que pones.

4. Valida sus emociones

Cuando tu hijo se molesta o se entristece por un límite, reconoce sus sentimientos y explícale que entiendes cómo se siente.

Algo como: "Veo que te enfadas porque hay que recoger los juguetes. Es normal que te sientas así. ¿Quieres que te ayude para que sea más fácil?". Esto le ayuda a aprender a gestionar sus emociones.

5. Pon límites desde el cariño

Recuerda siempre que los límites no son castigos.

Son una forma de decirle a tu hijo cuánto te importa su bienestar. Cuando lo haces con calma y con firmeza amorosa, tu hijo se siente cuidado y protegido.

QUÉ BENEFICIOS NOTARÁS AL PONER LÍMITES DE ESTA MANERA

Poner límites así, con respeto y cariño, ayudará a tus hijos a desarrollar habilidades como:

● Autonomía y autocontrol.

● Respeto hacia sí mismos y hacia los demás.

● Capacidad para afrontar situaciones difíciles con mayor seguridad emocional.

Aquí estoy para acompañarte

Sé que la maternidad puede generar muchas dudas. Es completamente normal que a veces te sientas insegura. Como psicóloga humanista, estoy aquí para acompañarte en ese camino, ofreciéndote un espacio seguro donde puedas aprender y crecer junto a tu familia.

Si quieres charlar sobre cómo establecer límites efectivos y amorosos en tu día a día, no dudes en contactarme. Estoy aquí para apoyarte y escucharte cuando lo necesites.